martes, 6 de octubre de 2015
























Octubre violeta

Florencia Ramondetta-Valeria Salum-Mónica Soto



    Son muchas las mujeres que andan de violeta por la vida, ya sea por portarlo como símbolo del feminismo o, simplemente, porque es su porción preferida de la escala cromática. Tal vez también, porque es el color del jacarandá cuando florece en octubre. En los años 70 las artistas feministas instalaron sus obras en el contexto de su experiencia social como mujeres. Deliberadamente, se interesaron no sólo en la cuestión estética, sino además en la situación de las mujeres en la sociedad y en la historia. Sus propuestas procuraban liberarlas de imágenes y actitudes negativas acerca de su propio cuerpo, de sus roles sociales, de los mandatos preestablecidos y de los estereotipos impuestos en relación a su género.
    Su ingreso en el mundo del arte fue de la mano de la revalorización de las labores tradicionales practicadas por las mujeres a lo largo del tiempo, a las que dieron nueva vida desafiando al sistema de valores y al orden cultural del cual provenían. Muchas primaveras después, desde esa misma trinchera de tela e hilo, identificándose con la tradición femenina pero enhebrando sus agujas con convicciones, preguntas y denuncias, las artistas de Octubre violeta comparten su encuentro.
    Para Florencia Ramondetta, el cuerpo femenino es naturaleza en un sentido mítico y primordial. Su bordado tiene trazas de ritual, toma formas ondulantes, circulares, fluye como el agua. Florencia nos invita a restaurar esa relación ancestral, invoca la fuerza de lo colectivo y el poder vital de las mujeres en reunión.
    Con Mónica Soto, la reflexión y el análisis de la situación heredada, se hacen condición 
imprescindible para hallar nuevas formas de construirnos socialmente. Sus personajes se desplazan del trapo de piso a la seda con sutileza de detalles y afilada ironía, poniendo en evidencia preceptos y modelos que, aún con el paso del tiempo, subsisten aferrados al presente.
    Valeria Salum, atenta a la premura de los hechos, se niega a la naturalización de la violencia patriarcal y le otorga un número a su denuncia: 277 mujeres víctimas de femicidio. La fuerza de su propuesta está en la multitud anónima de corazones embolsados, en la desesperación aglomerada que excede la pared, pero está también en la amorosa confección de sus elementos.
    Las tres artistas de Octubre violeta trabajan con la certeza de que debe existir un diálogo entre arte y sociedad, entre las artistas del presente y las del pasado, entre las mujeres artistas y todas las mujeres. Ellas poseen la pasión y los saberes necesarios para tejer, coser, bordar esas tramas, con el color de la flor del jacarandá. Tres tonos de violeta.

Viviana Debicki






Florencia Ramondetta 



                      Valeria Salum





Mónica Soto

Octubre violeta, del 2 al 23 de octubre en Centro Cultural Tierra Violeta, Tacuarí 538, San Telmo.

1 comentario:

  1. gracias Viviana, como le encontras sentido a lo que simplemente ocurre, como dice el Tao de lo Líderes: te has preguntado ¿qué ocurre cuando nada ocurre? ¿Conoces la diferencia entre lo que ocurre y cómo ocurre?

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