miércoles, 16 de marzo de 2016


PUNTADA SIN HILO

       Haber aprendido los colores jugando con la lata de los botones, fue decisivo al momento de elegir materiales, procedimientos y modos de expresarme en el campo estético. Dibujar y pintar con el sonido oscilante de la máquina de coser como música de fondo me permitió un íntimo acercamiento a lo reprimido y lo dominado de una práctica  poblada, exclusivamente, por mujeres. También, alentó en mí la búsqueda de instancias de reconocimiento y validación para aquellas que construyeron lo identitario y lo propio con el trabajo de sus manos. Las escuchaba, entre labores, enunciar dichos y refranes, frases hechas, de esas que pueblan el imaginario colectivo, ligadas a las representaciones sociales de lo aprendido, a lo condicionado culturalmente del mundo femenino.

       Tiempo después comencé a preguntarme si era posible, partiendo de esas actividades subvaloradas y menores, afirmar un lugar contestatario de lucha feminista; si esa tensión entre lo privado y lo público, entre lo personal y lo político podía ser bordada, si punto a punto podía construirse un espacio de acción y autonomía.

Y en esa tarea me encuentro: no dar puntada sin hilo.



Viviana Debicki